Nosotros

Educarnos a nivel perruno para poder entenderlos y disfrutarlos.

 

Contacto

¿QUIENES SOMOS?

Somos un equipo formado por «Les Bestioles» y yo, Nuria, especializados en adiestramiento canino Valencia. Juntos ayudamos a los perritos/as que vienen a nosotros pero sobre todo ayudamos a sus responsables a entenderlos mejor y actuar de la manera correcta.

Hay una frase de Eduard Hoagland que me gusta muchísimo que dice:

«Para disfrutar en verdad de un perro, no se debe tratar de entrenarlo para que sea medio humano. El punto es abrirse uno a la posibilidad de ser más perro.»

Así, que a pensar como los perritos para poder entenderlos!
Y no olvides que nosotros también aprendemos de cada uno de vosotros y esto nos enriqueze!

En el 2012 decidí hacer el primer curso de educación canina

 

“Entre muchas cosas aprendí a ver las emociones de los perros, cosa que hasta el momento era incapaz de verlas, no sabía interpretarlas.”

 

 

A lo largo de mi infancia y adolescencia he podido disfrutar de diferentes perritas y perros en nuestra familia. Ellos eran Dana, Nei, Rixi, Scotty y Neska.

Siempre he ayudado a los perros abandonados y me seguían por todas partes. Recuerdo que incluso, había uno que me acompañaba a hacer la compra de mi madre y me esperaba a la puerta de la tienda.

Cuando me independicé llegó a mi vida Ynka, mi mitad. Nunca tendré suficientes palabras para describirla y explicar todo el que hemos vivido juntas. Estábamos tan unidas que si ella enfermaba yo también y al contrario. Con ella empezó todo, con ella empezó un sueño que conseguimos hacer realidad.

Rosa, mi psicóloga que tantas veces me ha ayudado ha sido un pilar muy grande en todo este proceso de hacer los sueños realidad. Yo estaba pasando una mala época y acudí a ella. En cada sesión para saber como me encontraba yo, me preguntaba como estaba Ynka. Y entonces sabía mi estado. Curioso, verdad? Pues así funcionábamos Ynka y yo! Rosa tenía una pastora alemana, Vesta. Necesitaba unas pautas y me animó a ayudarla. Así que, me dió un buen empujón y allá que fuí a hacer mi primer curso!

De esto hace 7 años y fué toda una aventura o más bien locura. Tenía 1,5h de viaje de ida y otra 1,5h de vuelta cada día de lunes a domingo durante un mes. No recuerdo bien pero solo pararíamos un domingo entremedias o algo así.
El primer día el ponente y director de la escuela nos preguntó si éramos «perreros» o nos «gustaban los perros». Todos contestamos que éramos «perreros» y nos dijo que ya lo comprobaríamos.

Fué una experiéncia bastante bonita y entre muchas cosas aprendí a ver las emociones de los perros, cosa que hasta el momento era incapaz de verlas, no sabía interpretarlas.

Yo soy muy mala alumna en las clases teóricas ya que si el ponente no hace cambios de voz, me coge sueño. Lo siento!!! Así que cuando el ponente se dió cuenta que me cogía sueño me puso una prueba en el exterior. No recuerdo los días que estuve con una hoja de papel, bolígrafo y con muchos perros. Tenía que anotar las emociones que veía. Pasaban los días y yo acababa el día en las hojas en blanco, tal cual. Yo no veía nada! Pero un día, un malinois me explicó como se veían y empezó a mostrarme emociones una detrás otra. Y de aquí pasó a sus compañeros y gracias a todos ellos empecé a adentrarme en las emociones que tanto de cabeza me han llevado. Fué una forma simpática de aprender y la verdad que le debo mucho a Juan Antonio. Y por supuesto a todos los perros que al final al observar mi cara de no entender nada, me echaron una mano y me facilitaron el trabajo.

Juan Antonio sabía que yo entonces ya tenía unos cuántos compañeros perrunos: Ynka, Lloba, Kenya, Marley y Thelma. Me dijo que si quería, podía llevar los que yo creyera para ayudar a otros perros y así lo hice. Ynka, Lloba y Kenya me acompañaron todos los dias. Fué muy bonito ver como mis compañeros perrunos trabajaban en su escuela!

Pero la cosa no terminó ahí. Un sábado cuando todos estábamos agotados, Juan Antonio nos dió fiesta para el día siguiente porque nuestras caras lo decían todo. Así que ese domingo no fuimos. El lunes cuando llegamos nos preguntó que habíamos hecho el día de descanso. Yo había ido en todos mis compañeros perrunos a la montaña a pasar el día. Así que me dijo que era una «perrera», puesto que el día de descanso lo había dedicado a estar con los perros.

En ese momento también se creó en mi pueblo una asociación de emprendedores rurales llamada AER y formaron un coworking. Yo iba cada semana. Intercambiábamos opiniones, hacíamos cursillos, alguna feria para enseñar lo que hacíamos cada uno. Nos ayudábamos y allí me dieron ideas para el que ahora es mi logo.

Seguí con mi trabajo pero todo pasa por algo y un día tuve un problema de salud. A partir de ahí quise hacer lo que realmente me hiciera feliz y con la ayuda de Rosa dejé mi trabajo y empecé a vivir mi sueño. La gente me decía que era una locura lo que estaba haciendo! Dejar un trabajo que estaba fija y dedicarme «a los perros»

Pero después de muchos sufrimientos y luchas aquí estamos! Formé una familia perruna que siempre han sido mis compañeras de trabajo. Ellas son «Les Bestioles»! Sin ellas, nada sería posible y son mis maestras.

Hasta la fecha, los que han formado parte de «Les Bestioles» son: Ynka, Moly, Lloba, Kenya, Marley, Thelma, Màgic, Bambú, Terra, Iris, Amelie, Luca, Xili, Fum, Nala, Timba, Únika, Feliç, Genial y Gínjol.

Esperamos seguir muchos años luchando y haciendo los sueños que tenemos realidad.

Mil gracias a todos para confiar con nosotros y hacer que podamos seguir adelante!

Mil gracias Rosa por creer en mi!

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